Cuando la artrosis está avanzada la cadera duele hasta en reposo y durante la noche, mientras el enfermo duerme. Si no se trata, la situación empeora, incluso el descanso puede no aliviar el dolor. La cadera se pone rígida e inflamada y en los bordes de la articulación pueden verse depósitos de calcio, llamados osteofitos, en las radiografías. Cuando el cartílago se desgasta por completo, los huesos rozan uno contra otro, causando severo dolor al intentar cualquier movimiento. Poco a poco el paciente deja de mover la cadera, los músculos se debilitan y se comienza a renguear al caminar por dificultad para mover el muslo o por deformidad anatómica.
Millones de personas padecen de esta enfermedad en todo el mundo. Los riesgos de padecerla aumentan si hay historia familiar, vejez, obesidad o una fractura previa, aunque no es necesario padecer ninguna de estas condiciones para que se sufra de artrosis de la cadera.
Una vez que aparece alguno de estos síntomas, es conveniente consultar y comenzar un tratamiento.
Evaluación Médica
Aunque la cura de la artrosis no es posible, un tratamiento temprano y no quirúrgico puede evitar el dolor, la incapacidad y hasta el rápido progreso de esta enfermedad.
Si la enfermedad está en estado avanzado, la cirugía ofrece gran alivio. Para ello hay que determinar el grado de destrucción articular. Es necesario conocer los síntomas: cuáles son y cuándo comenzaron. Luego, realizar un examen general y de la cadera en particular, observar el estado de los miembros inferiores, cómo camina, hacer exámenes de laboratorio y obtener radiografías.